jueves, 8 de marzo de 2012

Para Juana Gauto, Elda Martínez y Rosa Vera de Bordón

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, es también el cumpleaños de mi AMIGA Y COMADRE JUANA GAUTO, Juana es una persona que representa mucho de lo que yo admiro: es tenaz, es valiente, es solidaria, es culta, es cariñosa, es amable, es excelente madre, maravillosa hija y tía impagable de sobrinos propios y adoptados, entre los que se encuentran mis hijos, es amiga de los amigos y de los no tan amigos, también es amiga. Juana es una mujer que trabaja de noche en una farmacia y por las mañanas hace apoyo escolar a una docena de niños, en medio de sus labores remuneradas, limpia la casa, educa a un hijo maravilloso de 16 años, que es un caballero -como los de antes-, cuida a su madre y lucha a brazo partido por el bienstar de sus sobrinos. Juana no es una persona pudiente, siempre está al borde de la crisis económica, pero su fe y su sonrisa son inamovibles. Si yo tengo buena fortuna y viento a favor, cuando sea grande me pareceré un poquito a ella.
Hoy, que muchos nos felicitan y que nosotras también felicitamos, me paro a pensar en mujeres como Juana, que merecen felicitaciones todos los días, que se conforman con poco de material y agradecen profundamente un abrazo y una caricia. Mujeres que no se quejan de la vida que tienen sino que son maestras en el arte de vivir con lo justo, hacer magia con la plata y celebran las sonrisas, la salud, y el plato de comida que hay sobre la mesa, celebran esas cosas que para la muchos, por no faltar nunca, parecen que son naturales y "que así nomás luego tiene que ser".
La vida no es fácil, pero está llena de pequeñas alegrías y de cosas que "así nomás luego tienen que ser" y de las cuales olvidamos agradecer.
Hoy también, recuerdo a mi amiga Elda Cecilia Martínez, que lucha cada día y con la sonrisa en la cara por la salud de su hijo Lucas, que se ha convertido en abanderada de la Lucha contra el Cancer Infantil y que también me merece amor, respeto, y admiración, tambgién cuando sea grande quiero parecerme a Elda.
No quiero olvidar a Rosa Vera de Bordón, otra comadre luchadora, tabajadora incansable que lidia diariamente con el dolor de la ausencia del hijo que fue al cielo prematuramente, que busca por todos los medios aprender a vivir con ese dolor inmenso, no imagino ni quiero imaginar lo que debe ser, apoyar a su marido y a su familia en el diario transitar sin Enrique.
A JUANA, a ELDA, a ROSA, que son luces inmensas que guían el camino de quienes las rodean en los momentos de oscuridad que tenemos todas en algún momento.Con todo mi amor, amigas queridas, hoy especialmente es el día de ustedes, maestras que me acompañan con sus palabras, pensamientos y acciones en mi caminar diario

1 comentario:

  1. Comparto tu admiración por estas mujeres, y en especial, por Elda, con quien comenzamos a transitar el mismo camino y hoy me encuentro más cerca de Rosa, queriendo llegar a ser como Juana algún día.
    Un inmenso feliz día a esa mujer que también se animó a expresarse un día para huir de la depresión doméstica.
    Beso enorme

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