jueves, 25 de octubre de 2012

Se me va a inundar la casa

Hoy esta siesta estaba pensando en algo sobre lo que quería escribir, pero después fui al colegio a llevar a la peti y cuando volví estaban Rosalba y Carmen esperándome, ellas son dos amigas, mamás del grado de mi hija del medio; enteradas que los días estaban de color hormiga y que estoy iniciando el pequeño negocio de dar de comer me cayeron con un montón de cosas para augurar éxito en el nuevo emprendimiento.
Unas semanas atrás, Rosmary, mi compañera de colegio, también me llenó la alacena con el mismo maravilloso propósito.
No saben lo tremendamente emocionada que estoy, todavía no me seco las lágrimas de la emoción y el agradecimiento a Rosmary y ya Carmen y Rosalba me emocionan hasta las lágrimas, si siguen mis amigas queriéndome tanto, esta casa se inunda!!!.
Cuan grande es el corazón de la gente, cuan generosas son su manos, cuan inmenso es el tamaño de sus brazos que me abrazan, me contienen y me quieren.
Rosmary, Carmen y Rosalba son una pequeña muestra del inmenso cariño y solidaridad que recibo de mis amigas en momentos difíciles, si tuviera que nombrarlas a todas quedaría corta, pero voy a tratar, ahí va:

Montse, por los puchos, el café, la oreja, el pan, el abrazo y la visita diaria.
Fabiola, por la caminata, temporalmente en suspenso, la provista y la visión sin filtros de la vida.
Juana, por el abrazo, la oreja, la alegría y el apoyo.
Carolina, por el apoyo y toda la ayuda que con Jimmy nos dan.
A Elda, que siempre tiene la palabra alentadora en los momentos más difíciles.
Vicky y Luis, por acompañar mi nuevo emprendimiento y tratar de ayudarnos a salir del pozo.
Julia, por la sonrisa, la interpretación de los sueños, el cariño, el café, las masitas y la oreja.
Rossana, por darme tips de como y donde para salir airosa en el trabajo culinario.
Ana, Elio, Steffi y Abby, por estar, acompañar y permitirme entrar con un plato de comida a su casa.
Marlene, por la actitud positiva y la fuerza que trasmitan cada una de sus palabras.
Julieta y Fabián, por apoyar mis planes y proyectos, por escucharnos y tratar de tirarnos una cuerda.
Las maestras de mi hija pequeña: Nadia, Sara, Mari y Zayda, por estar ahí y colaborarme con las chabombas.
El colegio por entender y no preguntar lo que pasa y aceptar la situación con cariño y solidaridad.
Mi mamá, incondicional, fiel y leal, poniendo el hombro y mucho más.
A mi hermana, mi cuñado y mis sobrinas, que están siempre alentando mis nuevos proyectos y compartiendo mis alegrías y tristezas
A mi hermano y mi cuñada de oro, que aportan ideas, tiempo y lo que haga falta para ayudarnos a salir adelante.
A mis hijos, que se bancan que la vieja vaya por el mundo con un tupper de comida para entregar un pedido o un bolso lleno de chabombas para vender.
A mi marido, que resultó ser fantástico haciendo ensalada de arroz y me aguanta las histerias cuando estoy contra reloj o muy cansada.
A todas las amigas, que por ahí me olvidé de nombrar pero me acompañan con sus oraciones, ondas positivas y palabras maravillosas.
A todos los amigos y compañeros de mis hijos, que vienen a mi casa como si fuera la suya y me quieren tanto que no se enojan si los reto cuando se mandan una ca...

Por todo esto y mucho más, me siento bendecida, gratificada, feliz y lloro todo de balde porque estoy luego toda emocionada, entende'a???