Ayer, mi niña adorada cumpliste 13
años, no pude escribirte nada porque no tuve tiempo organizando el almuerzo
familiar que tuvimos y donde espero lo hayas pasado muy bien.
Quiero decirte hija mía, que hay
momentos, en esta etapa llamada adolescencia, que todo parece difícil,
doloroso, parece que nadie te entiende y nadie te quiere. Sé que vos y yo
peleamos mucho, será que nos parecemos más de lo que quisieras???. Sabe siempre
que nadie te quiere tanto como papá y mamá, que si algunas veces te presionamos
para que hagas algo o te decimos que no a alguna cosa que querés escuchar, es
sólo porque pensamos en tu bien, aunque desde tu óptica podría parecer que no
es así.
Siendo la madre plagueona y gritona que te tocó en suerte me
permito decirte cuanto sigue: Cuidáte mucho, queréte mucho; no permitas que
nadie influya en tus opiniones; cuando veas que alguien de tu entorno hace algo
que no es acorde a tus pensamientos y educación, alejáte discretamente, pensá
siempre en lo que querés para el futuro y que nada ni nadie te aparte de ese
norte.
Sé siempre auténtica y honesta, contigo misma y con los
demás. Priorizá los estudios, tiempo para divertirte sanamente va a haber
siempre.
Que tus pasos te lleven a donde quieras ir vos, siempre
habrá quien quiera convencerte que lo que otro quiere es lo que vos querés; no
olvides que tu vida es tuya y nadie se va hacer responsable de tus metidas de
pata más que vos.
No seas manada, sé individuo, no creas que porque muchos
hacen algo, ese algo está siempre bien.
No creas todo lo que escuches, no creas todo lo que
ves, pasá siempre todo por el tamiz de
tu conciencia y tu criterio.
Sos una persona maravillosa de sentimientos nobles, bella
por dentro y por fuera, cariñosa y dulce,
no dejes que nada ni nadie te robe la sonrisa de la cara.
Quien no te acepta como sos, no te quiere lo suficiente para
estar a tu lado; quien te propone cosas que no son correctas o no te hacen
bien, no merece ser tu amigo; quien no se alegra con tus triunfos, no tiene
nada que hacer en tu vida.
Respetáte y no permitas que nadie te falte al respeto.
Alimentá la mente y cuidá el cuerpo, el cuerpo es el templo
donde la mente y el alma residen y son ellas las que hacen que tu cuerpo se
mueva armoniosamente con el universo.
Quizá desde tu mirada yo estoy vieja, lo cual es cierto; no
sé nada, lo cual no es tan cierto y no tengo todo el dinero que te gustaría
para darte lo que muchas de tus amigas tienen, eso también es cierto; pero te
recuerdo que tenés unos padres que te quieren mucho, una mamá que disfruta
recibiendo a tus amigos y que te da todo lo que puede dentro de sus posibilidades.
Ahora, te digo sólo ésto, no olvides que te amamos mucho,
sos una estrella brillante que ilumina nuestra vida y te amamos con todo
nuestro ser.
TE AMO
Mamá