lunes, 28 de mayo de 2012

Esa etapa espeluznante llamada ADOLESCENCIA


Hace unos días hablaba con la madre de una compañera de mi hija más chica, esta mujer había tenido problemas graves con su hijo de 16 años, si bien ahora se van solucionando, se sentía abrumada por la actitud de su hijo y por el hecho que el chico la culpa a ella de cuanta metida de pata y y desborde tiene él.
Asumamos, a los ojos de nuestros hijos y de nuestros maridos somos culpables de todo lo malo que acontece en la vida familiar, estemos en la casa 24 horas o no. Para nuestros maridos, cuando el niño se manda alguna trastada es "este tu hijo", cuando hace algo bueno es "este es mi hijo", pero jamás es «este es nuestro hijo».
Que para nuestros hijos seamos culpables de todo, está dentro del programa y, si bien no comparto del todo las palabras de Pilar Sordo, cuando dice "como madre tengo la obligación de ser jodida", tenemos que reconocer que somos las que ponemos los limites, plagueamos, y decimos que no a lo que muchas veces ellos quieren, pero las más de las veces, también somos las que escuchamos y en quienes depositan sus confidencias y dudas más profundas.
Las que tenemos hijos varones, somos las que muchas veces hablamos de sexo con nuestros hijos, porque los padres no saben como o se animan a encarar ese tema tan peliagudo
Mi marido me dice: "los chicos te resisten", y si, me resisten, es parte de su naturaleza adolescente y como soy la cara visible de la autoridad más vele que lo hagan.
Hoy con mi hijo adolescente tengo buena comunicación, no me pasa lo mismo con mi hija de 12 años que está entrando en la adolescencia, con quien, por la similitud de caracteres, el choque es más frecuente y la comunicación dificultosa. No sé que me espera con la pequeña, habrá que llegar a la adolescencia de ella para saber como será la relación
La adolescencia es una etapa difícil para nosotros los padres y terrible para ellos, los chicos. A veces hay que mirar para atrás y tratar de recordar como fue esa etapa para nosotros que ya la pasamos y no olvidar que, como dice Bárbara mi amiga, "se consigue más con miel que con hiel", hay tratar de reconocer lo bueno que hacen dejando de lado, por un rato, las malas notas, la desidia y la cara de culo que muchas veces los acompaña en esta época de sus vidas y que a nosotros nos da tan por "allí mismo".

martes, 22 de mayo de 2012

Cuando la vida de de un porrazo que no esperabas


Hace unos días me llamó una amiga, absolutamente desesperada, después de diez largos años de noviazgo y dieciseis años de matrimonio, su marido, con quien siempre tuvo una muy buena relación, le viene a confesar que se descubrió bisexual y que tiene una relación paralela con un hombre, dice que la ama, que no quiere separarse pero que él es así.
Me preguntaba: «¿y ahora que hago?», la verdad es que desde mi punto de vista sólo tiene dos opciones, o se separa lo más amigablemente posible o lo acepta tal cual es.
Me decía, «mirá lo que me hizo». En realidad el hombre no «le hizo» nada, no creo que haya habido la intención de dañar, de perjudicar, de lastimar, por parte de él hacia ella. El problema, como muchas personas que descubren que sus parejas han tenido o tienen algo con otra persona es que se lo toman a titulo personal y en realidad, es algo que nada tiene que ver con uno.
En el momento que uno asume que la situación, si bien le afecta, no lo implica, todo es más fácil. Al poner la responsabilidad, el beneficio o perjuicio del hecho en el otro uno se saca de encima una mochila tremendamente pesada, conversar con calma y tomar decisiones se vuelve menos complicado.
Esta línea de pensamiento es válida para muchas situaciones de la vida, pero especialmente en casos como éstos.
Ahora bien, indudablemente descubrir que tu pareja tiene una relación paralela y encima con alguien de su mismo sexo no tiene nada de agradable, pone en marcha un millón de cuestionamientos, preguntas, dudas y sentimientos encontrados. Además, no se borran de un plumazo dieciseis años de matrimonio, tres hijos y un largo camino vivido juntos.
Mi amiga, cuando le dije que, desde mi óptica, tenía dos salidas, me dijo: «si me separo, que les digo a los chicos y si no lo hago, como vivo con ésto?». Ninguna de las salidas es fácil, si te separás, tendran que ver que se les dice a los hijos, ¿está el hombre en cuestión dispuesto a asumir delante de sus hijos algo que tiene que ver con su intimidad?, ¿tienen los chicos la necesidad de saber la verdad?, ¿es ésta una verdad que los hijos de esta pareja deben conocer y manejar? y si no te separás ¿es esta mujer capaz de vivir con una persona con una sexualidad que ella no comparte ni aprueba?, ¿es su amor tan grande como para aceptar al otro como es?.
Todas estas preguntas tienen respuesta sólo en la pareja y en la persona que recibe semejante noticia el día menos pensado. Obviamente, las respuestas no serán fáciles de encontrar, la situación no será fácil de manejar y la ayuda profesional de un sicólogo o consejero matrimonial es mucho más que necesaria, yo diría que es imprescindible. Yo, como amiga, a lo sumo, puedo escuchar, abrazar, apoyar y estar allí. pero el trabajo duro lo tienen que hacer las personas involucradas.

martes, 15 de mayo de 2012

De sectas y otras yerbas



Hoy tenía que elegir, si hablar sobre el Día de las Madres, o sea mi día y el de muchas de mis amigas y familiares o hablar de un tema espinoso como es el de las sectas, a riesgo que me tiren con tomates en lata, hoy dejaré de lado el Día de las Madres y hablaré de las sectas.

Según la Real Academia Española la definición de Secta es la siguiente:
1. f. Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica.
2. f. Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia e independiza de otra.
3. f. Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que el hablante considera falsa.

De acuerdo con estas definiciones, muchas religiones tradicionales se iniciaron siendo sectas, la misma religión cristiana históricamente fue una secta, hasta que el gobierno del Imperio Romano lo reconoció como religión.
Aclaremos desde el vamos, que no todas las sectas son perniciosas y que existen movimientos sectarios dentro de las religiones tradicionales. Habiendo aclarado ésto, sigo.
En la religión católica, que es la que más conozco, puesto que fui criada en ella y mi familia la profesa, existen movimientos de condimentos sectarios.
Uno de los argumentos que tienen las personas católicas al referirse a las sectas es que las sectas te apartan de la familia, ¡CUIDADO!, porque si nos focalizamos en ese argumento, tildaríamos de sectas a todas las congregaciones de monjas y sacerdotes católicos empezando por las carmelitas, puesto que viven en comunidad cerrada, como muchas sectas, entregan sus bienes a la congregación y abandonan su familia para ir a vivir a la congregación.
Que existen movimientos de índole religioso o filosófico, de corte oriental, judío, musulmán, cristiano, ufológico o lo que quieran es indudable, que sean perniciosos es algo a analizar caso por caso.
Indudablemente, toda religión o movimiento religioso se nutre de desesperados y angustiados, algunos de manera más agresiva que otros.
Están los que se apoyan en el fin de los tiempos y que hay que estar preparados para ello, están los que prometen soluciones mágicas a los problemas financieros, de salud o de lo que sea, están los que prometen una vida eterna maravillosa.
En el fondo, nadie sabe que hay del otro lado; toda persona medianamente inteligente sabe que no hay soluciones mágicas para los problemas terrenales. Lo que nos sostiene es la fe, la fe en un dios que nos han inculcado que existe, la fe en uno mismo, la fe en lo que queramos. Puesto que como en innumerables ocasiones lo he dicho, la fe es una necesidad, la religión es optativa, podemos tenerla o no, podemos creer en lo que nos guste y nada de ésto es criticable en la vida de un adulto.
Ahora, la cosa se pone de color hormiga cuando alguien pretende que su familia y sus hijos menores de edad integren una comunidad cerrada, que es lo que pasa con algunas sectas y movimientos religiosos o filosóficos.
Todos tenemos problemas, pero cuando perdemos la capacidad de discernir y repetimos como loros los dichos de otro y hacemos nuestros sus pensamientos la cosa definitivamente se pone fea.
Una de las cosas que sorprende a muchos es que en movimientos sectarios existen profesionales y hasta científicos, pero aclaremos que tener un titulo universitario no nos hace inteligentes, nos hace profesionales. Lo que nos hace inteligentes es la capacidad de discernir, de elaborar pensamientos propios a partir de la experiencia, propia o ajena; de elaborar criterios propios a partir de un pensamiento, doctrina o idea que nos han inculcado, de separar la paja del trigo y concluir si lo que recibo es realmente valido para mi vida y si lo que aprendo es acorde a mi persona, sin por ésto menospreciar las creencias de los demás.
Al final, la persona de a pie tiene poca idea de lo que es una secta, grupo en el cual aun estoy, aun cuando llevo años leyendo y tratando de interiorizarme en el tema; la palabra secta esta estigmatizada, la persona promedio teme lo que no conoce y se deja arrastrar por lo que alguien en quien confían y le merece respeto de su comunidad, que es su área de seguridad, le dice.
Es más cómodo y exige menos esfuerzo hacer mías las ideas de otro, no me supone conflicto ni conmigo ni con los que habitualmente trato ponerme en el rebaño y seguir la corriente que tomarme el trabajo de leer, estudiar, criticar, discernir y poner en tela de juicio lo que dice el que dirige el grupo, movimiento o comunidad.
El lavado de cerebro existe en todas partes, pero es más difícil que ocurra, si me preparo intelectualmente y me hago fuerte en mis conocimientos y en la fe elegida, y ojo, digo la fe, no la religión.

domingo, 6 de mayo de 2012

Reflexiones desconectadas de un domingo en la mañana


Es domingo, dicen que un día de tranquilidad y relajo, pera algunos será, para mí la única diferencia
es que los niños no van al colegio y marido está en casa.

Esta semana, se celebraron el Día del Maestro y el Día del Obrero, excusas altamente válidas para chupar como cosaco y terminar abrazados a la pata de la mesa, aclaro que no fue mi caso, pero si el de muchos.
Quien más quien menos recuerda a alguna maestra o profesor que dejaron huellas en su vida, en mi caso, recuerdo con mucho cariño a la hermana Marina, que fue mi maestra de primer grado, no tengo idea que ha sido de ella, lo último que supe hace ya muchos años, es que había dejado los hábitos.
Otra que marco mi vida fue Vitalina Páez, fue mi profesora de historia en 5º y 6º curso de los de antes.
De la hermana Marina recuerdo su paciencia con los 20 ó 25 chiquilines salvajes que eramos en una escuela que ya desapareció.
De Vitalina Páez, recuerdo sus conocimientos, su rectitud, su don de gentes, su capacidad de transmitir conocimientos y valores, no era sólo una profesora, era una MAESTRA, de ésas que dejan huella porque la vocación y la entrega le dieron la capacidad de controlar con la mirada a las 40 adolescentes histéricas que eramos en aquellos días.
Con relación al Día del Obrero, con algunas excepciones, todas las personas que conozco entran dentro de esta categoría, el que trabaja en una oficina, el que vende, el visitador médico, el maestro, las amas de casa, todos, aunque no generen ingresos son obreros, hormiguitas que, más o menos, silenciosamente trabajan y se ocupan de la labor que les toca.
Lamentablemente no hay día del Ama de Casa, y no sé si sea bueno que haya, puesto que para celebrarlo vendría toda la familia y el ama de casa tendría que laburar aun más para limpiar, cocinar y lavar todos los trastos después de la celebración en su honor, o sea mejor no celebrar nada que quedamos como estamos.
Reconozco que la depresión doméstica me anda rondando, no estoy muy positiva, desde que el lavarropas se descompuso y el técnico hace 3 días que dice que la va a traer y no aparece se me anda agriando el carácter, estoy harta de lavar la ropa, no se acaba nunca. De hecho el trabajo del hogar no se acaba nunca, terminaste de limpiar la casa, ves los pisos relucientes y entra el perrito con las patitas sucias y te los ensucia. Lavaste los platos y los cacharros, limpiaste la cocina y al ratito nomas hay 60 vasos sucios, como en qué momento???, y así suma y sigue. Estoy harta de las tareas del hogar, lo reconozco, pero que le vamos a hacer.
Como dicen en Brasil, mudando de pato para ganso, hace unos días vi un reportaje a Bernardo Stamateas, buenísimo, como siempre. De la nota hay un millón de cosas que destacar, pero hubo una que me quedó ahí grabada con intensidad. Cuando los chicos (es aplicable a todos), tiene un comportamiento recurrentemente no muy bueno, buscar lo bueno que hacen y elogiarlo, por ejemplo, el pendejo tiene unas notas horribles pero tiene buenas notas en música, valorar el esfuerzo en ésa materia,ojo, el esfuerzo, no la nota, y alentarlo con el elogio a esforzarse en las demás.
Mi amiga Barbara, siempre dice que se consigue más con miel que con hiel, y creo que tiene razón, lo que pasa es que algunas veces estamos tan superados por las circunstancias que no vemos lo bueno y nos dejamos apabullar por lo malo.
Decidida a cambiar mi predisposición, voy a concentrarme en lo bueno, ahí va: El día está precioso, hay sol, el clima está bellisimo; mis hijos están bien, sanos y son escencialmente felices; ayer vino Marisa con su hija Pauli, a tomar café y nos quedamos charlando hasta las 11 de la noche y lo pasamos bárbaro, también vino mi amiga Montse y nos reímos como locas las 3.
Esta semana celebramos el cumpleaños de la peti y vinieron sus primitas y amiguitos más cercanos y sin necesidad de globo loco, cama elástica o payasos se divirtieron como locos.
El día del Obrero vinieron mamá,  la hija de mi marido y su esposo a comer, yerno hizo asado y lo pasamos super bien en familia..., ¡¿qué más se le puede pedir a la vida?!..., además que el técnico traiga el lavarropas mañana a las 7 de la mañana, claro!!