lunes, 22 de abril de 2013

PORQUE YO NO VOTO, SEÑOR CARTES



Señor Horacio Cartes, usted ha ganado las elecciones presidenciales, presumo que limpiamente; usted no me conoce y no tiene porque hacerlo, pero si bien creo que estás líneas no las va a leer nunca me tomo el tiempo, que no me sobra, para escribir cuanto sigue.
Me llamo Mari Carmen Aparici Bellassai, soy paraguaya y no estoy inscripta en el padrón electoral y no voto por los motivos que paso a detallar.
No voto porque creo que ningún presidente puede hacer nada teniendo como parlamentarios a los impresentables de siempre, la persona que acceda a la presidencia del país puede tener muy buenas intenciones, pero con el parlamento que tenemos no llega a ningún lado.
No voto porque en todos estos años no escuché que ningún parlamentario podrá serlo por más de 2 períodos, ya sea 2 periodos como senador, 2 períodos como diputado o uno y uno y luego no volver a acceder a dicho puesto.
No voto porque no escuche ninguna propuesta de acondicionar IPS, de tal manera que todos tengamos la posibilidad de  aportar y acceder a  salud pública y jubilación
 No voto porque no vi ni oí en los últimos 24 años que el funcionario público que no trabaja será despedido y dejaremos de alimentar a los inútiles que se rascan primero la derecha y después la izquierda a costa mía, suya y de todos quienes pagamos impuestos; por el contrario el estado es cada día más grande y más inútil.
No voto porque no escuche nunca que los fueros parlamentarios no serían impedimento para que una persona sea investigada, juzgada y condenada por cualquier delito.
No voto porque no he visto, en todo este tiempo ninguna campaña política que no se centrara en los defectos del oponente y si lo hiciera en un programa de gobierno que incluyera los puntos arriba mencionados.
No voto porque, salvo honrosas excepciones, la mayoría quiere el poder, olvidándose que estar en el gobierno es servicio y no tener acceso a la ilegalidad, la prepotencia, la corrupción y el abuso.
Cuando cayeron Stroessner muchas personas esperaron cambios, algunos llegaron, otros no. Quizá lo mejor de la caída de Stroessner fue la libertad recuperada de expresarnos. Lamentablemente, los vicios que se habían instalado en la sociedad durante esos años de gobierno totalitario se enraizaron aun más. El legado de corrupción de la dictadura es tan grande que no hemos podido salir de ella, hasta ahora.
Espero señor Cartes, que usted marque la diferencia, no sé si merece la mínima gota de esperanza que estoy depositando en usted, espero que sepa elegir gente que esté deseoso de servir al pueblo y no de servirse del pueblo.
Soy consciente que esta carta y lo que está escrito en ella me pueden acarrear una multa que no puedo pagar, pero ese es otro pitopú, del cual me ocuparé cuando llegue, pero me parece justo y correcto explicar porque no me uno con entusiasmo esta fiesta cívica llamada elecciones.
Espero tener los motivos y el deseo irrefrenable de inscribirme en el padrón electoral e ir a votar en las próximas elecciones,  pero solamente el acontecer de los próximos cinco años me dirá si vale la pena hacerlo o seguir siendo una tonta que cree en la desobediencia civil como medio de presión.

Que tenga buen día.