domingo, 16 de noviembre de 2014

Reflexiones sobre rechazo de la "Ley Contra Todo Tipo de Discriminación"

discriminar.

(Del lat. discrimināre).
1. tr. Seleccionar excluyendo.
2. tr. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.
(Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua)

Habiendo colocado la definición de Discriminar, paso a opinar.
Esta semana que pasó se rechazo el proyecto de “Ley contra todo tipo de Discriminación”, lo cual supuso que los conservadores se pusieran muy contentos y los menos conservadores nos entristeciéramos.
Uno de los motivos por los cuales no prospero esta ley, desde mi punto de vista, es que no se involucraron todos los gremios afectados, o sea, no participó ningún gremio de la Tercera Edad, a quienes discriminan a la hora de sacar un crédito o comprarse algo en cuotas, aunque el banco tenga la vida de estas personas en sus manos; no participó ningún gremio ni personas de mi edad (tengo 48 años) a quienes a pesar de la experiencia, conocimientos y títulos universitarios nos dan empleo porque a un chico joven le van a pagar menos del sueldo mínimo y a nosotros nos tienen que pagar lo justo, no participó ningún gremio de obesos, no participó ningún gremio de personas con minusvalías, no participó ningún representante de paraguayos que trabajan en empresas extranjeras y por ser paraguayos ganan menos que los extranjeros, por ende, como los que se involucraron en serio fueron los colectivos Gay, entonces la gente conservadora pensó que era algo que sólo beneficiaría a ellos y ahí ardió Troya.
Todos discriminamos y todos somos discriminados de una u otra manera en algún momento de nuestras vidas, quien diga yo no lo hago, miente.
En lo personal, a mi el debate sobre este tema me trajo serios problemas familiares, con los cuales estoy capeando y seguro capearé por algún tiempo más.
Digo y mantengo, en base al discurso que oído de los conservadores, que se repite en el mismo orden y sin mover ni una coma, que la mayoría ha sido digitada e influida para creer que, el discurso que repiten, es lo que ellos piensan.
Quiero comentar una experiencia personal, porque esto que digo en el párrafo anterior me ha supuesto infinidad de disgustos. Mis hijos van a un colegio que hace parte de la Universidad Nacional, este año cuando hubo cambio de Rector en la misma, comenzó el desespero, y aclaro, yo caí como casi todos en la desesperación de que pasaría con el colegio, si seríamos botín de guerra, si pasaríamos a manos del Ministerio de Educación, que nos sacarían del predio que compartimos con una de las facultades de la universidad, etc.; los referentes estudiantiles, entiéndase, cuerpo docente, centro de estudiantes, asociación de padres, que estaban temerosos al cambio influyeron en nosotros a que pensáramos que la autonomía del colegio estaba en peligro, nos dijeron que creer y creímos, eso no nos hace burros, idiotas ni bobos, eso nos demuestra cuán débiles somos ante la posibilidad de enfrentar los cambios. Conclusión, cambió el rector de la Universidad y no pasó nada.
¿Era más fácil creer lo que nos decían que investigar?, seguro, sobre todo porque la “información” provenía de fuentes creíbles; ¿nos tomamos el trabajo de investigar?, no, porque confiábamos que los referentes lo habían hecho y manejaban información de primera mano; ¿Metimos la pata al permitir que cunda el pánico?, indudablemente, nos dejamos llevar, creímos lo que nos dijeron que creyéramos y al final fue un desgaste infernal de tiempo y energías y se crearon conflictos innecesarios entre amigos de toda la vida.
No siempre nos interesa tomarnos el trabajo de investigar, sobre todo fuera de nuestra área de seguridad, nos es más fácil y cómodo dejar que alguien haga el trabajo duro y nosotros tragar lo que nos den, esto no nos hace burros, ni idiotas ni bobos, nos hace perezosos.

Cuando vamos a entrar en un debate, lo ideal es conocer a fondo el tema que defendemos y conocer aún mejor los motivos por el cual el otro defiende lo contrario. Y quede claro, que no ganará el debate quien tenga la verdad, sino quien se prepare y argumente mejor.  

jueves, 13 de noviembre de 2014

Para Atras como el Cangrejo

Hace 30 años me recibí del sexto curso, tercero de la media, le dicen hoy, en aquel momento teníamos una clase que se llamaba Educación Cívica, de esa clase me quedó grabado a fuego en el cerebro que la mujer valía menos que una vaca. Si una mujer llegaba a casa y encontraba a su marido en la cama con otra mujer y lo mataba, iba presa por treinta años, pero si era a la inversa el hombre quedaba libre de culpa y pena, porque así limpiaba su honor. La violación a una mujer casada o soltera de buena familia estaba penado con varios años de cárcel, pero ojo, no por el daño infringido a la mujer, sino por haber manchado la honra del marido y/o padre afectado.
Los años han pasado, las mujeres hemos adquirido ciertos derechos, pero lamentablemente, los derechos que son para mí y para la mayoría de los ciudadanos de este país, hoy no lo son para todos.
Hoy se rechazo la Ley Contra Toda Forma de Discriminación, porque existen personas que piensan que son superiores a los homosexuales, porque existen personas que creen que por ser heterosexuales sus derechos son sólo para ellos.
Qué pena me da!!!
En 1989 se retiró Stroessner y con su partida volvieron los exiliados, las cárceles se abrieron y los presos políticos recuperaron el derecho a vivir y a pensar como ellos quisieran.
Lamentablemente, con el rechazo de la Ley Contra Toda Forma de Discriminación hemos retrocedido al oscurantismo de la dictadura, unos pocos, rigen las vidas de un país a su gusto y placer, unos pocos que creen que ser heterosexual los hace superiores; unos pocos  (burros) que piensan que ser homosexual es una elección, una opción o una decisión y por eso no deben tener los mismos derechos que los heterosexuales; unos pocos que creen que ser homosexual es sinónimo de pervertido y pedófilo, cuando está más que demostrado que la mayor parte de los pedófilos (hombres y mujeres) son heterosexuales.
Y quizá lo peor de todo esto es que la mayor parte de la gente que firmo el petitorio para que esta ley no se aprobara no lo ha pensado concienzudamente, sólo ha seguido como borrego las indicaciones de “alguien de autoridad” (cura, pastor, rabino, catequista, etc.) y han pensado que lo hacían por “la familia”, olvidándose que la familia y la sociedad son instituciones vivas que cambian y mutan porque así debe ser.
En lo que a mí respecta, hoy el país está de luto, como sociedad hemos retrocedido treinta años, en lugar de avanzar hacia una sociedad igualitaria, inclusiva y homogénea hemos ido para atrás como el cangrejo.

 ¡Qué pena, cuanta tristeza siente hoy mi corazón!