domingo, 6 de mayo de 2012

Reflexiones desconectadas de un domingo en la mañana


Es domingo, dicen que un día de tranquilidad y relajo, pera algunos será, para mí la única diferencia
es que los niños no van al colegio y marido está en casa.

Esta semana, se celebraron el Día del Maestro y el Día del Obrero, excusas altamente válidas para chupar como cosaco y terminar abrazados a la pata de la mesa, aclaro que no fue mi caso, pero si el de muchos.
Quien más quien menos recuerda a alguna maestra o profesor que dejaron huellas en su vida, en mi caso, recuerdo con mucho cariño a la hermana Marina, que fue mi maestra de primer grado, no tengo idea que ha sido de ella, lo último que supe hace ya muchos años, es que había dejado los hábitos.
Otra que marco mi vida fue Vitalina Páez, fue mi profesora de historia en 5º y 6º curso de los de antes.
De la hermana Marina recuerdo su paciencia con los 20 ó 25 chiquilines salvajes que eramos en una escuela que ya desapareció.
De Vitalina Páez, recuerdo sus conocimientos, su rectitud, su don de gentes, su capacidad de transmitir conocimientos y valores, no era sólo una profesora, era una MAESTRA, de ésas que dejan huella porque la vocación y la entrega le dieron la capacidad de controlar con la mirada a las 40 adolescentes histéricas que eramos en aquellos días.
Con relación al Día del Obrero, con algunas excepciones, todas las personas que conozco entran dentro de esta categoría, el que trabaja en una oficina, el que vende, el visitador médico, el maestro, las amas de casa, todos, aunque no generen ingresos son obreros, hormiguitas que, más o menos, silenciosamente trabajan y se ocupan de la labor que les toca.
Lamentablemente no hay día del Ama de Casa, y no sé si sea bueno que haya, puesto que para celebrarlo vendría toda la familia y el ama de casa tendría que laburar aun más para limpiar, cocinar y lavar todos los trastos después de la celebración en su honor, o sea mejor no celebrar nada que quedamos como estamos.
Reconozco que la depresión doméstica me anda rondando, no estoy muy positiva, desde que el lavarropas se descompuso y el técnico hace 3 días que dice que la va a traer y no aparece se me anda agriando el carácter, estoy harta de lavar la ropa, no se acaba nunca. De hecho el trabajo del hogar no se acaba nunca, terminaste de limpiar la casa, ves los pisos relucientes y entra el perrito con las patitas sucias y te los ensucia. Lavaste los platos y los cacharros, limpiaste la cocina y al ratito nomas hay 60 vasos sucios, como en qué momento???, y así suma y sigue. Estoy harta de las tareas del hogar, lo reconozco, pero que le vamos a hacer.
Como dicen en Brasil, mudando de pato para ganso, hace unos días vi un reportaje a Bernardo Stamateas, buenísimo, como siempre. De la nota hay un millón de cosas que destacar, pero hubo una que me quedó ahí grabada con intensidad. Cuando los chicos (es aplicable a todos), tiene un comportamiento recurrentemente no muy bueno, buscar lo bueno que hacen y elogiarlo, por ejemplo, el pendejo tiene unas notas horribles pero tiene buenas notas en música, valorar el esfuerzo en ésa materia,ojo, el esfuerzo, no la nota, y alentarlo con el elogio a esforzarse en las demás.
Mi amiga Barbara, siempre dice que se consigue más con miel que con hiel, y creo que tiene razón, lo que pasa es que algunas veces estamos tan superados por las circunstancias que no vemos lo bueno y nos dejamos apabullar por lo malo.
Decidida a cambiar mi predisposición, voy a concentrarme en lo bueno, ahí va: El día está precioso, hay sol, el clima está bellisimo; mis hijos están bien, sanos y son escencialmente felices; ayer vino Marisa con su hija Pauli, a tomar café y nos quedamos charlando hasta las 11 de la noche y lo pasamos bárbaro, también vino mi amiga Montse y nos reímos como locas las 3.
Esta semana celebramos el cumpleaños de la peti y vinieron sus primitas y amiguitos más cercanos y sin necesidad de globo loco, cama elástica o payasos se divirtieron como locos.
El día del Obrero vinieron mamá,  la hija de mi marido y su esposo a comer, yerno hizo asado y lo pasamos super bien en familia..., ¡¿qué más se le puede pedir a la vida?!..., además que el técnico traiga el lavarropas mañana a las 7 de la mañana, claro!!

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