lunes, 13 de febrero de 2012

Puertas Abiertas

Hoy fui un ratito a conocer la casa nueva de mi amiga Julieta, por primera vez en 16 años viven sólos, están felices y la casa es preciosa, chiquita pero linda, además el amor rezuma por las paredes.
Cada vez que alguien cerca mío progresa y avanza en la vida, yo me siento feliz, no sólo por el logro de esa persona que quiero, sino también porque soy una firme convencida que cuando uno progresa, el entorno progresa.
Soy amiga de mis amigos, si necesitás un hombro para apoyarte, me gusta estar; si necesitás un pañuelo para llorar o sonarte, quiero dártelo. Difícilmente cierro puertas, no me gusta hacerlo, me gusta abrirlas, atraer a mi vida amigos antiguos, amigos nuevos.
Tengo una eterna diferencia de opinión con mi marido al respecto de las personas, si abro la puerta a alguien y después me falla, él está ahí para demostrarme que me equivoqué al abrir la puerta, yo no me arrepiento de las puertas que abro, si alguien me falla, lo considero parte de la vida y sigo abriendo puertas, no puedo ni quiero vivir cerrando puertas.
Aunque algunas veces, mal que me pese y mucho que no me guste, tiene razón. Hace un tiempo vino una persona que hacía tiempo que no veía, mucha risa, mucha "alegría", pero cuando empecé a preguntarle por amigos en común a quienes hace mucho que yo no veo y ella sí, no tuvo una palabra amable para ninguno, "que éste es un egoísta, que aquel ahora que tiene guita ya ni nos mira", y así suma y sigue. Me sentí abrumada por la mala onda, cosa que habitualmente no me pasa, cuando se fué, que encima se quedó una eternidad, me quedé sintiéndome como si me hubiesen apaleado, energéticamente aplastada. Al poco tiempo me llamó para venir, le dije que no podía, mi cuerpo, mi alma y mi mente no soportaban otra sesión de mierda disparada a mansalva.
No cerré la puerta, solo me reservé el derecho de abrirla cuando yo quiera y creo que si ésta persona no modifica su visión de la vida, la puerta se la abriré muy de mes en cuando.
Estoy feliz, porque mi amiga Julieta está feliz, soy feliz porque vale la pena abrir puertas al mundo y lo hago, por ahí entra algún bicho, pero no importa, creo que en la vida hay de todo y en la diversidad aprendemos, crecemos y hacemos una unidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario