viernes, 16 de marzo de 2012

Será que estamos haciendo bien?


Mi amiga Elda Cecilia Martínez, a quien tengo gran cariño, posteó ésta frase hace un rato en el Facebook: "No hay nada peor que no poder darle a un hijo lo que necesita y más si se lo merece!. 
Yo comenté cuanto sigue:
"No sé, Elda, mi papá vino de España con 15 años, no quería venir pero vino igual, muchos días, a duras penas, había para comer, trabajó desde muy joven y mientras trabajaba estudiaba en la Escuela de Bellas Artes, se recibió de profesor de dibujo y pintura trabajando y dando a su familia el 70% de su sueldo hasta el día que se casó. Mi tieta Mari, la hermana de mi papá, iba al colegio con los zapatos forrados con papel diario porque no había dinero para pagar el arreglo de los mismos, trabajó desde que terminó el colegio y al igual que papá le daba a mis abuelos el 70% de su sueldo. Mi papá a quien vos conociste, y mi tieta Mari, nunca dejaron de ayudar a sus padres, y yo sólo espero, educar a mis hijos para que sean la mitad de buenos de lo fue mi papá y es mi Tieta Mari.
Y agrego algo más. Cuando mis hermanos y yo terminamos el colegio mi papá nos dijo: “yo no puedo pagar una carrera como arquitectura, medicina o ingeniería, estudien algo que puedan compaginar con el trabajo”. Mis hermanos y yo trabajamos desde que terminamos el colegio y aportamos al hogar en la medida de nuestras posibilidades, no porque hiciera falta, sino porque es una manera de asumir que ser parte de una familia es también responsabilidad y obligación para con ella. Creo que mis padres, al igual que mis abuelos, fueron y son personas con gran sentido común, lo agradezco, porque aprendí mucho de ellos y sigo aprendiendo".
Estamos viviendo una época en la cual deseamos dar a nuestros hijos todo lo que podamos y si es posible más; como verán por los comentarios de arriba en mi familia no se pensaba así. Papá decía que cuando una persona tiene vocación para ser o hacer algo, de una manera u otra lo hace, más tarde o más temprano, con ayuda o sin ella.
Veo con dolor, que muchos padres trabajan como locos para dar a sus hijos la posibilidad de estudiar la carrera de sus sueños, pero no sé hasta que punto eso es positivo, no sé hasta que punto es bueno que sea todo tan fácil para ellos, siento que vivimos, y me incluyo, tratando de sacar las dificultades del camino de nuestros retoños, pero a la vez, no veo que esto les haga ningún bien.
Hoy, el aporte de los hijos a la economía familiar no existe, pero sí existe el “llevame al trabajo”, “pagame la facu”, etc., al no haber aporte  de los hijos a la economía familiar no sólo existe un menor compromiso de estos hijos para con sus familias, sino que también se enquistan en el hogar paterno por años y años, porque están solteros o porque estaban casados y ahora están solteros otra vez.
Conclusión, que los hijos, no asumen responsabilidades familiares y los padres no se quitan la niño, de 38 años, de encima nunca; total para “el niño” es comodísimo vivir en casa de papá y mamá, hay comida en la mesa, hay ropa limpia, y el dinero que gana es para sus gastos. ¡Así cualquiera!, ¿o no?

1 comentario:

  1. Es cierto, a veces en el afán por darles lo mejor les impedimos valerse por ellos mismos. A veces uno sufre mucho y cuesta que valoren los sacrificios...

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