martes, 6 de diciembre de 2011

Reflexiones después de una borrachera memorable

Pasó el cumpleaños de mamá. donde lo pasamos muy bien; tan bien lo pasé, que me agarré una borrachera de vino blanco, de ésas que hacen época, fenomenal la curda; pero como nada es tan terrible, me desperté el lunes fresca y relajada a las 5:30 de la mañana, con unas pilas que hacía tiempono tenía.
Y como estaba tan "energética", me puse a limpiar la casa a fondo, a cepillar esa ropa que hace tiempo  la tiro en el lavarropas pero merecen una fregada a manopla, fui al super e hice las compras, hice la comida, fui a caminar, peleé con los chicos y todo éso sin perder el ánimo.
La verdad es que si el efecto secundario de una borrachera como ésta es levantarme como me levanté, me tendría que tomar una botella de vino blanco frío cada 2 meses, por lo menos.
En honor a la verdad, no es la mejor manera de relajarse y descansar, pero obviamente sirvió para que por primera vez en mucho tiempo durmiera como un tronco y descansara.
Cambiando de tema, ayer estuvo circulando por el facebook unas frases sueltas del discurso de Navidad del Papa Benedicto XVI, no leí el discurso completo y no puedo emitir juicios sobre las frases contenidas en el mismo; pero me parece que este señor tiene muy malos asesores, y se me hace que todavía no se dio cuenta que hay temas a los que no debe ni acercarse, ya que sólo sirven para que saquen sus palabras de contexto y le den con un palo. El hombre carece del carisma maravilloso de Juan Pablo II y creo que también le falta el sentido común que caracterizaba al polaco. Y en honor a la verdad, debo decir que me sorprende que los fieles católicos no exijan mayor transparencia en relación a ciertos temas y que sigan tomando las palabras del Papa como palabra santa, pareciera que aun no captaron que ése es un puesto político y no divino.
Igual mantengo, que habría que leer el discurso completo, ya que al sacar las palabras de contexto, éstas pierden valor y veracidad.

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