Empezando la semana

Acá estamos empezando otra semana, el sábado fue la clausura de la Peti, estaba bella y bailó super bien. Domingo lluvia todo el día, vino a comer mi familia y lo pasamos bárbaro, hoy amaneció otra vez lloviendo. Hoy no se arregla el techo. ¡qué cagada!.
Ayer no cociné, compré comida hecha, de vez en cuando está bueno que otros cocinen por una, ¿verdad?.
Marido está engripado, estuvo el viernes a punto de ir a la UTI y el sábado casi llamo al cura para que le dé la extrema unción. Andaba con cara de "me voy a morir" por la casa arrastrando los pies y con una actitud de "cuidame que estoy en mis úlimos minutos".
¿Qué va a pasar el día que nosotras nos enfermemos en serio?, porque es obvio que por una gripe, por fuerte que sea, la vida no se para y hay que seguir haciendo todo, pero ellos, una uña encarnada y ya están a punto de morirse.
Menos mal que ahora está mejor, porque no creo que pudiera yo aguantar una semana de cara de "me estoy por morir", es que ¿quien puede?, si tengo que atender hijos, hacer la comida, lavar la ropa, atender la casa y encima hay que mimar al caballero porque dice que "estoy enfermo y a vos parece que no te importa", ¿les suena conocida la canción?.Y así nos va.
Hoy hijo rinde Castellano, esperemos que se concentre y rinda bien, todavía le quedan otras materias, o sea que cada examen será un tembleque hasta saber la nota; encima si dejara materias a noviembre por burro, me callo y no plagueo, pero las deja  por vago, porque tiene un bote y un par de remos en la cabeza, aunque, pensandolo bien, menos mal que sea éso lo que tiene en la cabeza y no un par de pajaronas que no lo dejan pensar.
Hoy cocino tarta de verduras, jamón y queso, espero que les guste porque estoy harta de ésto no me gusta y lo otro tampoco, si sobra cenaremos tarta y si no sobra, cenaremos rapiditas.
Mañana será otro día y veremos que se come.
Compré unas tacitas bellas para capuccino para cuando vienen las chicas, ahora nada más me queda aprender a hacer el capuccino, no debe ser difícil, aunque no sería malo un café con licor de anis, como el que nos invitaba mi yaya a mi hermana y a mí cuando eramos chicas, la perspectiva del café con anís después del almuerzo era maravilloso y si nos mandabamos una cagada nos castigaba sin café con anís. También recuerdo el arroz con pollo de la yaya, nunca más comí un arroz con pollo como eldeella, o los fideos verdes con estofado de pollo. ¡Que recuerdos!
Es increíble, el 80% de mis recuerdos de la infancia tienen relación con la comida..., no hay duda, tengo alma de gorda, es más tengo un alma obesa de todos los recuerdos relacionados con la comida. ¡Que le voy ha hacer, hay nomá lo que e así, hay lo que é peor y se arrima todo por vo!.
Bueno, me voy a limpiar la casa y a hacer la comida, que la vida no se para y los hijos comen todos los días.