sábado, 5 de noviembre de 2011

Hoy es sábado

Hoy es sábado y para muchos es un día de descanso, para mí es un día más en la semana, con la diferencia que tengo a toda la familia en casa con los consiguientes rounds entre los chicos.
Hoy llovió en la mañana, por lo tanto la ropa lavada sigue en el lavarropas, lleve a hija mediana al colegio que tenía club de matemáticas; después vino Paty, se quedó hasta las 10 que fuimos con ella a buscar Jota, su hijo y a mi hija al colegio. Volvimos, almorzamos, hijo fue a remar y yo llevé a la peti a un cumple, hasta ahora el sábado está tranquilo.
Cambiando de tema, ayer estaba pensando en el valor de las cartas, y ojo, digo CARTAS, no mails, ésas que se escriben a mano, uno las lleva al correo y después viene el cartero con la respuesta.
Pocas cosas son tan maravillosas y emocionantes cuanto recibir una carta de verdad. Estaba recordando que por mucho tiempo un amigo brasilero y yo nos escribimos cartas semanales, era divertidísimo escribir cartas y super divertido recibir las suyas, en todo el tiempo que nos escribimos, más o menos unos 3 ó 4 años hasta que él se casó, el Cesinha y yo tuvimos una que otra agarrada medio fiera, todo epistolar, si la cosa se ponía de color hormiga, por ahí alguno se gastaba sus últimos mangos en una llamada para arreglar el kilombete y seguíamos escribiendonos. También tengo otros amigos y amigas con quienes nos escribíamos mucho, con Ivete, nos escribimos por mucho tiempo, hasta que le perdí el rastro y hace poco la encontré en el facebook pero todavía no logro restablecer el contacto que por mucho tiempo tan contenta me ponía.
Quiero reivindicar el valor de las cartas escritas a mano, aunque se necesite un traductor especial porque la letra es un asco, nada es tan maravilloso como esperar con ansias que venga el cartero a traernos algo que no sea una cuenta a pagar.
Por hoy creo que es todo.
Que tengan buen fin de semana, descansen y sean felices, que como dice Pilar Sordo, ser feliz es una decisión.
Buenas noches

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